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TAN BELLO COMO PLUMAJE DE QUETZAL, TAN ENORME NUESTRO ANÁHUAC, TAN ENORME CORAZA SÓLO PODÍA CONTENER ALGO MUY DÉBIL POR DENTRO, CAÍMOS, PERO VOLVEREMOS A NACER COMO PLUMAJE DE QUETZAL...

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MÉXICO DEBE SER UN PUEBLO CULTO

SOBRE LAS ENTRADAS O POST

EN FIN, LAMENTO NO SER UN BLOGUERO DE CORAZÓN Y TIEMPO COMPLETO, PERO ES QUE LA VERDAD EL TIEMPO NO ALCANZA PARA HACER TODO LO QUE UNO QUIERE, ASÍ QUE SI LLEGAN A LEER ESTE BLOG, NO ESPEREN QUE SEA DE LOS MEJORES, PERO POR LO MENOS TRATARÉ DE HACER QUE NO PIERDAN SU TIEMPO, COMO AHORA, PERO VAMOS, SI TE HAS METIDO AL INTERNET, ESE ES TU OBJETIVO, PERDER EL TIEMPO.

jueves, 22 de abril de 2010

5.5 COSAS...

Por que siempre inician con 5 cosas que..., o diez consejos sobre... o 3 pasos para..., ¿por qué no 23?
Cinco punto cinco cosas será la entrada consejera, ja, más bien reflexiva, sobre algunos aspectos importantes en la vida de cualquier mexicano, mexinaco y/o semejantes.
Quisiera abrir esta entrada con... ¿llave de oro? (¡demonios!, ¿quien escribe estos guiones?). Bueno lo importante es que en esta entrada hablaremos de las nueve punto cinco cosas... que suelen pasar con los camiones del transporte público.
Número uno... Rudi, Rudi, Rudi...(¡puta!, en serio necesito nuevos escritores).
Está bien, para que eso no se repita empezaré desde atrás.

Número cicnco punto cinco.

Eres un deboto estudiante, tu mochila va repleta de libros de 500 hojas como mínimo, cualquiera se sentiría orgulloso de , pero no cuando tienes que subirte al camión para ir o venir de casa.
"Disculpe", "permiso", "perdón", "¿si le puede tocar porfavor?", suplicas que ésto termine mientras no sólo tienes que preocuparte de no "comprometer" a nadie con tu amiguito (y más si estudias robótica), sino que tienes que evitar noquear a alguien con tu mochila que no sólo pesa lo que tu, sino que lo poco que puedas tener de sex-appeal se ve disminuido a cero con los comentarios clásicos de tus "amigos": "¿a dónde llevas tu casa?, ¿te vas a ir a acampar?", más los sobrenombres de caracol, tortuga, atlas, pito chico, que se van deteriorando hasta olvidarse de que te estaban haciendo burla y aburrirse.

Número cicnco.

"Bajan, bájan, bajaan, ¡bááááájaaaaan!", el momento de bajar se vuelve una pesadilla, y más cuando eres de esas personas que si no te dejan tres metros más adelante, vuelves a tocar el timbre sólo segundos después, y el chofer, claro, se detiene diez metros más tarde, con el clásico grito de: "ya llévame a tu casa culero", crees que es justo, y más cuando el wey de atrás tendrá el mismo problema, tú bajarás y él no, volviendo a tocar el timbre tres segundos después, y así hasta que alguien entre en razón y no quiera bajar pasando un semáforo, o no le importe caminar unos metros más o incluso no tenga esa manía de querer bajarse por la puerta de enfrente.

Número cuatro.
Súbale, súbale!, hay lugares", pones el primer pie en el camión y te sujetas del tubo para subir, y ya ésta, oficialmente estás en tu lugar.
El camión viene atascado (por no decir "hasta la madre"), la gente que hace la parada después de ti tiene que subir por la puerta trasera, y claro para el chofer y su chalán, caben otros diez. El aire te viene dando en toda la geta y tan pronto como ves que los lugares se van desocupando y siendo ocupados, comienzas a envidiar a la gente que, por lo menos, lleva la mitad de su cuerpo adentro del camión, pero ¡oh!, de alguna forma consigues llegar al pasillo del camión, sólo para comenzar a extrañar tu lugar en la puerta; el autobús apesta, no huele a sobaco, patas o trasrero sudado, sino a todo junto más pedo de chilaquiles verdes con habanero y frijoles con totopos.
Tan pronto ves al último desgraciado que se sube al camión y ocupa tu anterior lugar comienzas a envidiarlo, pero aguas, ya que mientras tu vas inahalando todo lo que el sujeto de junto desayunó (pero procesado), el pobre iluso de la puerta va respirando partículas de caca de perro, orines en polvo, unos 80 IMECAS, las cenizas del Popocatépetl, el virus AH1N1 y muchas más porquerías, tan sólo en una inahalada, así que piénsatelo bien antes de despreciar lo que tienes, así sean todas las almas de aquellos frijoles que murieron en la tarde noche de ayer y hallaron la luz justo en ese instante.

Número tres.

El camión se acerca a toda velocidad, tú, como siempre, vas tarde y necesitas llegar a donde debes (dícese escuela, trabajo, entrevista de trabajo, el recital de tu hija, el partido de tu hijo, o no fuiste a ninguna de las anteriores porque hoy se despide la selección en el Azteca y no puedes faltar), pero ¡oh sorpresa!, no alcanzas a leer el pinche letrerito que dice hacia donde va el camión, !pútama¡. Como chingados caga que no se vea el letrero de: "directo por puente" o el clásico "metro oceanía", pero con letras chiquitas que dicen: "por platino" (ching..., me caga platino, si por mi fuera pinche avenida no existiría, habría un pinche prostíbulo desde la raza hasta congreso...¡neta!... y sin cover), y adivina, sólo tienes tres opciones, uno, apostar a que es tu camión y hacerle la parada correctamente, sólo para averiguar que no es tu camión; dos, forzar la vista y hacerle la parada a escasos tres metros de ti, sólo para que o el conductor te mate con la mirada al subir y luego luego se arranque sin darte tiempo de sujetarte bien o te mande a la chingada y ni siquiera se pare; y tres, no arriesgarte dejarlo que se valla, total ahorita viene otro, y esto sólo para terminar escuchando el inicio del partido en el radio de tu "celular de a $1" mientras estás atorado en el tráfico, y sin terminar con ésto...

Número dos.
...se suben unos weyes con tenis adidas de conchita, pantalón entubado "manualmente" (aplicando la infalible "tepiteña"), cinturón dolce&gabana, playera de tirantitos, peinado de hotcake con la mermelada escurriendo por atrás, semejante a una mohicana, y una gorra vondutch, mal puesta, ésta es opcional (al igual que el cacho de estopa atorado en su cinturón con olor a tiner), y que además no te viene a engañar, ni a robarte, ni a decirte que salió del tutelar, sólo te viene ofreciendo éstos dulces que para que no pagues su precio de $10 en cualquier tienda departamental, te los puedes llevar por $3 o bien llévate los dos por $5, ¡cof!, caducados, ¡cof¡, de antemano gracias y que San Juditas los bendiga, "gracias mi jefe"; pero ésto no es el punto, porque si nadie les compra, acaban asaltando el camión y claro, te quitan tu celular cuya función más chingona no era una cámara de un chingovergueromadral de megapixeles, ni un reproductor de todos los pinches formatos de audio que existen, ni siquiera tenía un puto tamagochi incluído, sólo tenía un puto radio, en el cual venías escuchando el partido de despedida de la selección, al que sólo por recordarte, ¡vas tarde! y ¡no!, ¡no me ha pasado!. Así que adivinaron, la cosa número dos que suele pasar con los camiones públicos son los asaltos.

Número uno.
"Ceder o no ceder, he ahí el dilema". "Señora ¿gusta sentarse?", te levantas caballerosamente mientras ofreces el lugar a la dama que está junto, y que es lo que hace ella, te dice: "gracias, ya mero bajo", aceptas su declinación y te dispones a regresar a tu asiento, que sí, adivinaste ya está ocupado por un cabrón que le venía echando el ojo desde que se subió y que aprovecho el pasito y medio que diste al levantarte para adueñarse del mismo.
El otro escenario, sales desmadrado de tu chamba, escuela, motel, del baño, ¿yo que sé?, el punto es que apenas te soportas de pie y tomas el camión, que por fortuna tiene un lugar vacío gritando tu nombre, tan pronto te desplomas en él, la luz roja detiene el camión y se suben muchas, pero muchas damas, cada una comienza a buscar su objetivo para, sí, adivinaron, matar con la mirada esperando a que les cedan el aciento, a ti te comienza a atacar, sí, volvieron a adivinar, una señora pasadita de peso ¡cof! 90Kg ¡cof!, que le dice a su marido "gordo", a pesar de duplicar la masa corporal de aquel desdichado sujeto.
Tan pronto la mirada de aquella señora comienza a presionarte, comienzas a pensar: "no me voy a levantar, vengo cansado, subí primero, pero que tal y la señora está cansada también, y si tiene un pie lastimado, a lo mejor está embarazada (jajajajajajaja), esto no es caballeroso, me siguen doliendo los pies, está bien, me levantaré", para cuando tu ajetreada cabecita consigue tomar esa decisión, o la señora ya ni te está viendo, es más se bajo tres semáforos atrás; o te dice "no gracias", y todo el camino te sigue matando con la mirada, hasta que descubres que se baja donde tú; o acepta tu oferta y se baja al siguiente semáforo, sin preocuparse quien se siente después de ella o si te estorba para volver a ocupar tu lugar, dándole chance al cabrón que se subió atrás de de sentarse, que por cierto iba contigo en el camión pasado y te robó tu lugar al ofrecérselo a otra señora gorda.


COSAS POR HACER
-Buscar el timbre del camión tan pronto te subas.

CONSECUENCIAS
-No te pasarás de tu destino, además de evitar el chasco de andar buscando el timbre y apachurrando cualquier cosa que parezca un botón.

PRECIO
-Tres pesos en el DF $7 en el estado....¡¡¡OUCH!!!

CONSEJO DEL BLOG
-Ten varias rutas auxiliares para moverte por la ciudad, esto te ayudará a ahorrar tiempo, evitar asaltos y ver chicas lindas de otros rumbos.

AGRADECIMIENTOS
A toda aquella gente que ha viajado, viaja y/o viajará en el transporte público.

NOTAS
$7, en serio, auch.

2 comentarios:

  1. seee mano, tienes Toda la Razon... describiste a la Perfeccion lo que los pobres capitalinos sufrimos a diario....(mas los hombres)...
    oye vas a hacer un post referente al bicentenario?? o algo asi?... yo te puedo conseguir material (videos) sobre lo que quieras... tu nada mas dime.... actualmente tengo del que secuestra aviones en el Df hasta el que mata en metro balderas... bueno cuidate y nos vemos luego....sigue asi!

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  2. muchas gracias amigo, y sí, esperaba escribir algo sobre los días importantes acá en la ciudad, si me quieres ayudar, claro, con mucho gusto y gracias por leer

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