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EN FIN, LAMENTO NO SER UN BLOGUERO DE CORAZÓN Y TIEMPO COMPLETO, PERO ES QUE LA VERDAD EL TIEMPO NO ALCANZA PARA HACER TODO LO QUE UNO QUIERE, ASÍ QUE SI LLEGAN A LEER ESTE BLOG, NO ESPEREN QUE SEA DE LOS MEJORES, PERO POR LO MENOS TRATARÉ DE HACER QUE NO PIERDAN SU TIEMPO, COMO AHORA, PERO VAMOS, SI TE HAS METIDO AL INTERNET, ESE ES TU OBJETIVO, PERDER EL TIEMPO.

sábado, 13 de agosto de 2011

LA VIDA EN MÉXICO


La vida en mi país, tan banal y tan cruda, escapando vía Holliwood y manteniéndonos distraídos dentro de los libros, solo para no pensar en lo jodido que está el mundo real.
Las crisis económicas vienen más de lo que se van,  la navidad calma el espíritu y enero lo vuelve a lastimar.
Mis compatriotas festejan el triunfo de otro mexicano en el extranjero, llegan a creer que nada es imposible y sin embargo el sillón no los deja levantar.
Se adentran en la rutina del día con día que les exprime el alma, mientras ven a los vampiros amar a la gente dramática, Holliwood y las novelas para adolescentes lo volvieron a hacer.
Las sirenas suenan y rompen el silencio de las calles, en el norte la gente no sale por las noches de sus casas, los pocos que se atreven a divertirse en la noche terminan asesinados, por las mañanas aparecen degollados y los demás, esos que tuvieron la fortuna de ver al sol de nuevo, ellos solo tuvieron suerte.
En el sur la pobreza ya es una forma de vida, ser mojado es uno de los sueños más grandes entre los jóvenes, otros pobres ilusos aún creen que el Distrito Federal es la ciudad de la esperanza, tal vez lo sea pues esta es la última en morir y día con día muere más gente, y los otros pocos jóvenes del sur que no se deciden entre el infierno del norte o el de la ciudad, son reclutados por el narcotráfico que los deslumbra con camionetas más grandes que sus propias casas, los cultivos de maíz son ya rebasados por los de la marihuana, y en verano la selva chiapaneca llora.
En el centro del país la gente es un poco más afortunada, al no tener que pensar mucho en el narcotráfico, pues el narcomenudeo ronda las calles, pero los degollados no son tantos como para que el ejercito ronde las calles. Unos pocos aún tenemos esa empatía que nos causa dolor al ver a un niño de doce años perdido en las drogas, o aquellos niños que portan una navaja en sus inocentes ropas, las “narcotienditas” ya superan a las misceláneas y yo, lo acepto, he mirado a otro lado al ver como los narcomenudistas inducen a los jóvenes, no sé que puedo hacer, me veo reclamándole a esa escoria y de pronto me veo pudriéndome a orillas del gran canal.
Al este y oeste de la República nada es diferente y a la vez nada es igual, México está sumido en la violencia entre cárteles, ejército, marina y policía federal,  mientras “el gráfico” pone en portada otro ingenioso encabezado ilustrado con un muerto más, desde que vi a mi compañero de escuela en ese titular ya jamás lo volví a mirar de la misma forma, la muerte ronda el país entero, la violencia la ha hecho su esclava.
Nuestro presidente pelea con convicción, no sabe que la droga es solo uno de sus problemas, pues la corrupción se oculta tras la burocracia y esa ni con todo el ejército va a ceder. Mientras tanto en una cárcel un joven universitario se sigue preguntando: “¿por qué?”
Seis inocentes en cada celda, dicen por ahí, los otros diez pueden ser culpables, unos tratando de engañar a la justicia, otros arrepentidos y otros más se sienten tranquilos, pues saben lo que hicieron y que pronto terminarán de pagar.
En las escuelas los niños aprenden más que a leer, sumar o restar, aprenden que estudiar es difícil más si en su mente ven papá pegarle a mamá y ella a sus hermanos. Las imágenes se van en el recreo al patear un envase de “pau pau”, me duele saber que tal vez esos momentos serán los más felices de toda su vida. En la ciudad Tláloc llora por sus pobres hijos aztecas.
Los pocos que llegaron a la universidad, sufren de la angustia por el desempleo, mientras sus tesis son las mejores y revolucionarias de sus áreas, pronto despiertan y recuerdan que México tiene otros planes. Algunos consiguen escapar a Europa o a Estados Unidos, unos agradecidos con la bandera tricolor y otros indiferentes a aquellos héroes que dieron sus vidas en la batalla, para ellos México no es un lugar mágico, sino solo un escalón más, pero el corazón los traicionará, ya que les late al ritmo mexica de tambores, cascabeles, conchas de caracol y penachos emplumados.
La mayoría de los mexicanos no ven en ellos algo mejor, pues así los educaron, prefieren sobrevivir a tratar de vivir y morir en el intento, me duele el alma por ellos.
Y yo aquí, escribiendo el presente, llorando junto a una copa de ron, afuera escucho disparos, tal vez se les pasaron las copas de nuevo y mañana el voceador me despertará con malas nuevas, la ciudad de la esperanza solo el tiempo lo dirá.

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